En este artículo se recogen las 55 mejores citas y frases de Epicteto. Las recopilaciones de estas citas pueden variar dependiendo del extracto del libro o del año de la edición debido a que el original está traducido del latín.
LAS 55 MEJORES CITAS DEL ESCLAVO EPICTETO
Hasta donde se sabe, Epicteto filósofo griego, de la escuela estoica, que vivió gran parte de su vida como esclavo, no dejó obra escrita, pero de sus enseñanzas se conservan un Enchiridion o ‘Manual’, y sus Discursos editados por su discípulo Flavio Arriano y hasta hoy siguen siendo de gran utilidad.

Es imposible que un hombre aprenda lo que cree que ya sabe. La dificultad muestra lo que son los hombres.
Solo hay una manera de alcanzar la felicidad y es dejar de preocuparse por cosas que están más allá del poder o de nuestra voluntad.
Toma este momento. Sumérgete en sus detalles. Responde a esta persona, este desafío, esta acción. Deja las evasiones. Deja de buscar problemas innecesarios. Es hora de vivir; para habitar por completo la situación en la que te encuentras ahora.
Sólo el hombre culto es libre.
Tu felicidad depende de tres cosas, todas las cuales están en tu poder: tu voluntad, tus ideas sobre los eventos en los que te involucras y el uso que haces de tus ideas.
Ninguna persona es libre que si no es dueña de sí misma.
El hombre no está preocupado tanto por problemas reales como por sus ansiedades imaginadas sobre los problemas reales.
La riqueza no consiste en tener grandes posesiones, sino en tener pocos deseos.
Si se habla mal de ti, y si es verdad, corregirse a ti mismo; si es una mentira, ríete de ella.
Las opiniones y los problemas de otras personas pueden ser contagiosos. No te sabotees a ti mismo adoptando involuntariamente actitudes negativas e improductivas a través de tus amistades con otros.
No hay más que una forma de tranquilidad mental y felicidad, y eso es no tomar las cosas externas como propias.
La clave es acompañar a las personas que te animan, cuya presencia es lo mejor posible.
Es más necesario que el alma se cure que el cuerpo; porque es mejor morir que vivir mal.
Un barco no debería navegar con una sola ancla, ni la vida con una sola esperanza.
No vivas según tus propias reglas, sino en armonía con la naturaleza.
La libertad es la única meta digna en la vida. Se gana ignorando cosas que están más allá de nuestro control.
Ninguna persona es libre que si no es dueña de sí misma.
Puedes ser invencible si nunca emprendes combate de cuyo regreso no estés seguro y sólo cuando sepas que está en tu mano la victoria.
Cualquier persona capaz de molestarte se convierte en tu maestro; alguien puede molestarte solo cuando te permites ser molestado por él.
No busques que los acontecimientos ocurran como tú deseas, deja que sucedan como suceden, y todo te irá bien.
Las opiniones y los problemas de otras personas pueden ser contagiosos. No te sabotees a ti mismo adoptando involuntariamente actitudes negativas e improductivas a través de tus amistades con otros.
El que se ríe de sí mismo nunca se queda sin cosas de las que reírse.
Te conviertes en lo que le das a tu atención.
A las personas no les molestan las cosas, sino las opiniones que les dan a esas cosas.
No hay más que una forma de tranquilidad mental y felicidad, y eso es no tomar las cosas externas como propias.
Si buscas la verdad, no buscarás obtener una victoria por todos los medios posibles. Cuando hayas encontrado la Verdad, no debes temer ser derrotado.
Las circunstancias no hacen al hombre, solo lo revelan.
“¿Quién es el hombre rico?” preguntaron, y Epicteto respondió: “El que está contento”.
O Dios quiere abolir el mal y no puede; o puede, pero no quiere.
Es mejor morir de hambre habiendo vivido sin dolor y miedo, que vivir con un espíritu atribulado, en medio de la abundancia.
Una ciudad no está adornada por cosas externas, sino por la virtud de aquellos que habitan en ella.
Todos los asuntos tienen dos asas: por una son manejables, por la otra no.
En la prosperidad es muy fácil encontrar amigos, en la adversidad no hay nada más difícil.
El exceso de cólera engendra la locura.
Primero dite a ti mismo lo que serías; y luego haz lo que tienes que hacer.
El deseo y la felicidad no pueden vivir juntos.
Me río de los que piensan que pueden dañarme. No saben quién soy, no saben lo que pienso, ni siquiera pueden tocar las cosas que son realmente mías y con las que vivo.
Quien quiera escuchar a los filósofos necesita una práctica considerable para escuchar.
En las desgracias propias hay que acordarse del estado de conformidad con que miramos las ajenas.
Así como el Sol no espera que las oraciones y conjuros se levanten, sino que resplandece y es bien recibido por todos: así que tú tampoco esperes aplaudir y gritar y alabar para cumplir con tu deber; no, haz el bien por tu propia voluntad, y serás amado como el Sol.
Es un hombre sabio el que no lamenta las cosas que no tiene, sino que se regocija por las que tiene.
Así como hay un arte de bien hablar, existe un arte de bien escuchar.
No busquéis lo bueno en cosas externas, buscadlo en vosotros mismos.
Las apariencias en la mente son de cuatro tipos. Las cosas son lo que parecen ser; o no lo son, ni lo parecen ser; o lo son, y no parecen ser; o no lo son, y sin embargo parecen serlo. Con razón apuntar en todos estos casos es la tarea del sabio.
Podrías amarrarme la pierna, pero ni el propio Zeus no puede obtener lo mejor de mi libre albedrío.
La dificultad muestra lo que son los hombres.
El error del anciano es que pretende enjuiciar el hoy con el criterio del ayer.

Gracias por leer.
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