Tabla de contenidos
¿QUÉ ES LA PROCRASTINACIÓN?
La procrastinación, lo hayas escuchado o no, es algo que sucede o ha sucedido al 95% de la población actual, por tanto, te invito a leer el artículo para gestionar un rasgo tóxico que es común la mayoría de seres humanos.
Empezando por la formulación básica:
Pro = delante; Crastinus = del día de mañana.
Por tanto, la procrastinación sucede cuando posponemos de forma voluntaria tareas aunque sepamos que ese aplazamiento es perjudicial para nosotros, que actuamos en contra de lo que nos conviene (Piers Steel, 2012).
No es un problema actual, pues Aristóteles ya hablaba de la “malakia”: no hacer algo que uno sabe que debe hacer.
Y fue en 1755 cuando el doctor Johnson acuñó el término Procrastinación en el diccionario inglés.
En este artículo comprenderemos la procrastinación a fondo y podrás catalogarte en un subtipo de procrastinador para así vencer tus obstáculos y resistencias más personales.
¿Te atreves?
En palabras estoicas:
Es muy simple en realidad, si dices que vas a hacer algo, hazlo.
Epicteto.
VAGO VS PROCRASTINADOR
El vago no quiere hacer las tareas, no le interesa y prefiere disfrutar sin foco ni propósito.
En cambio, el procrastinador es una persona que sabe lo que quiere, que sabe lo que tiene que hacer para conseguirlo y, lo más importante, quiere hacer lo que tiene que hacer.
Esta diferencia es clave, ya que cuando no es que no queramos sino que nos sentimos incapaces de hacerlo porque la procrastinación nos invade, las emociones que aparecen son detonadoras: culpabilidad, ansiedad y rabia.
Es decir, el vago, mientras vaguea, no sufre de ansiedad, al contrario que el procrastinador, que aunque parezca vaguea, se preocupa por no estar actuando con virtud.
Podrías actuar bien hoy, pero eliges mañana.
Marco Aurelio.
ESTADÍSTICAS DE LA PROCRASTINACIÓN ACTUAL
La procrastinación no es un problema de hoy.
Ya los estoicos hablaban de como vencer a la emoción y actuar con virtud.
Ahora bien, la sociedad actual de la dopamina fácil y el cortoplacismo está provocando un aumento de casos y cronificación de los mismos.
Diversos estudios demográficos demuestran que el 95% de las personas admite procrastinar, considerando un 25% que es una característica crónica de su comportamiento.
La juventud es una característica de mayor procrastinación, aunque no existen diferencias significativas por sexo, tanto hombres como mujeres procrastinan por igual.
Es evidente que no es algo anecdótico y, entendiendo las estadísticas, raro sería que nos escapáramos a este problema si no aprendemos a gestionarlo.
ASPECTOS BIOLÓGICOS DE LA PROCRASTINACIÓN
El antídoto de la procrastinación es la disciplina.
Estudios genéticos señalan que alrededor del 50% de la falta de disciplina tiene un origen genético, por tanto, la procrastinación es en muchos casos, heredada.
Ahora bien, tener las balas (genética) no implica apretar el gatillo (conducta). No podemos justificarnos y conformarnos por factores hereditarios.
Aun así, biológicamente se sabe que el sistema límbico está implicado en la activación de la conducta procrastinadora.
El sistema límbico, parte emocional y más antigua de nuestro cerebro, lucha con la corteza prefrontal, parte cerebral racional, encargada de la planificación y función ejecutiva. En palabras técnicas:
La procrastinación se produce cuando el sistema límbico veta los planes a largo plazo de la corteza prefrontal y se inclina por lo que puede hacerse más inmediatamente; y el sistema límbico aparte de ser el más rápido de los dos y que se encarga de nuestro primer impulso, a menudo es el más fuerte.
(Piers Steel, 2012).
Por tanto, razón tienen los estoicos para hablar de que necesitamos entrenarnos en invierno. Necesitamos hacer fuerte a nuestra corteza prefrontal, darle potencia y armas para luchar contra el sistema límbico.
Cuando el placer corrompe la mente y el cuerpo, nada ya es tolerable. No porque el sufrimiento sea fuerte, sino porque la persona es débil.
Séneca.
MITO DE LA PROCRASTINACIÓN
Durante años se ha creído que tras la conducta procrastinadora existía un alto perfeccionismo, esto es un mito.
Lo que sucede es la paradoja de que aquellas personas perfeccionistas que son víctimas de sí mismos, aplazando sin cesar aquello que quieren hacer, sienten aún más culpa y ansiedad, por lo que son los primeros en pedir ayuda y por tanto la cara más visible socialmente de la procrastinación.
El perfeccionismo produce una cantidad insignificante de procrastinación (Robert Staney, Escala Casi Perfecta de la medición del perfeccionismo).
Ahora bien, los perfeccionistas no se conforman y por eso luchan para escapar de la trampa de la procrastinación.
Sé tu propio espectador, busca tu propio aplauso.
Séneca
Séneca
- PROCRASTINACIÓN: GANA LA BATALLA - 11 octubre 2021
- ASERTIVIDAD Y ESTOICISMO - 16 mayo 2021
- IRA, ENFADO Y ESTOICISMO: DOMA EL DRAGÓN - 16 febrero 2021
Deja una respuesta