Si pensamos en sabios estoicos, se nos vienen a la mente varios nombres con relativa facilidad: Marco Aurelio, Séneca, Epicteto… Pero ¿dónde estaban las mujeres estoicas en la antigüedad? ¿No existían las filósofas?

Sí, por supuesto que existían. Las mujeres antiguas escribían, contemplaban, reflexionaban y actuaban como cualquier otro hombre de los que ahora estudiamos sus enseñanzas, pero sus voces no sonaban tan alto.
En la antigüedad, las mujeres se encontraban con muchos más obstáculos que los hombres para acceder a la misma formación y, en general, sus pensamientos e interpretaciones no eran tenidos en cuenta.
Esta falta de interés en la mujer ha hecho que sobreviva muy poca información acerca de ellas. De hecho, ningún escrito de mujeres estoicas se conserva y, lo que conocemos, es a través de las obras de otros filósofos.
Como sabemos, el estoicismo es una filosofía en la que sus teorías no tienen ningún sentido si no las aplicamos a la vida. Las mujeres que os presento a continuación, a pesar de no habernos dejado ningún escrito, son consideradas como estoicas por sus actos y su carácter.
ILUSTRES ESTOICAS
Porcia
Porcia vivió en el siglo I a.C., fue hija del estoico Marcus Porcius Cato y esposa de Bruto, uno de los asesinos de Julio César. Además, fue contemporánea del conocido estoico Cicerón. De su vida se conserva poca información y la veracidad histórica de lo que sabemos no está probada.
La información que tenemos sobre esta filósofa es gracias a Plutarco que, en las biografías que escribió sobre su padre y su esposo, la menciona en varias ocasiones.
Se sabe que Porcia siguió los pasos de su padre, estudió y practicó la filosofía estoica y Plutarco dice sobre ella que antes de juzgar, se juzgaba a sí misma.
La anécdota más conocida de Porcia es un gran ejemplo de cómo actuar de acuerdo con tus creencias:
Antes de que su esposo le contara la conspiración contra Julio César, Porcia quiso demostrarse a sí misma que era capaz de desafiar el dolor al que podría ser sometida si le preguntaban por los secretos de su esposo. Para ello, cogió un pequeño cuchillo, se apuñaló a sí misma en el muslo y, sangrando, le contó a su marido lo que había hecho y por qué. Al ver la herida y escuchar las palabras de su esposa, Bruto alzó las manos al cielo y rogó a los dioses que le mostraran que era digno de su esposa.

Con esta acción, Porcia quería demostrar que lo importante no es decir lo que eres capaz de hacer, si no de demostrarlo con tus hechos.
Sobre su muerte, no se sabe con seguridad qué ocurrió y de los escritos de Plutarco pueden sacarse dos versiones. La primera es que se suicidó tragándose carbones ardiendo, tras la muerte de su marido, pero también pudo haber sido por una grave enfermedad.
Fania
Fania, hija del senador romano Publio Clodio Trasea y de Arria la Joven, y esposa de Helvivius. Tanto su padre como su abuela, Arria la Mayor, son conocidos por seguir las enseñanzas de la filosofía estoica. Fania vivió en Roma en el siglo I, fue considerada rebelde políticamente y, junto con su padre, que fue el miembro más destacado, formó parte de la Oposición estoica contra el emperador Nerón, quien ordenó el suicidio de Séneca.
La información sobre Fania que ha sobrevivido hasta nuestro tiempo es gracias a Plinio el Joven, que en sus escritos habla sobre ella, definiéndola como una mujer valiente y respetable.
Me duele que una mujer tan grandiosa sea sacada de los ojos de las personas, y quién sabe cuándo volveremos a ver a alguien como ella.
¿Habrá alguna vez alguien de quien incluso nosotros, los hombres, podamos tomar una lección de coraje personal, alguien que nos inspire cuando la veamos y la escuchemos con la admiración que sentimos por las heroínas de la historia de quienes leemos?.
Plinio el Joven
Fania acompañó a su esposo en dos exilios y, tras su muerte, ella misma fue exiliada por el emperador Domiciano, por pedirle a Herenio (estoico opuesto al emperador) que escribiera una biografía sobre su esposo.
Tras este acto, Fania fue llevada a juicio y, cuando le preguntaron si había dado la orden sobre la escritura de las memorias de su difunto esposo, ella contestó afirmativamente. La filósofa podría haber negado que ella dio la orden y así ahorrarse mucho sufrimiento, entonces ¿por qué dijo la verdad? Fania fue fiel a sus principios, no intentó reducir los peligros a los que se exponía y se mantuvo intacta ante la adversidad, según relata Plinio.
Ni una palabra pronunció para mostrar que se había alejado de los peligros que la amenazaban.
Plinio el Joven en Carta a Priscus
Annia Cornificia Faustina la Menor
Cornificia vivió entre el siglo I y II en Roma. Es hija del emperador Marco Aurelio y Faustina la Menor y hermana de Galeria Lucila y Cómodo, que sucederá a su padre en el trono.
En el año 212, el emperador tiránico Caracalla ordenó su suicidio. El historiador Dión Casio describe su muerte, mostrando cómo Cornificia se comprometió a honrar la memoria de su padre y seguir su ejemplo:

Estas fueron sus últimas palabras:
Pobre de mí, infeliz alma atrapada en un cuerpo indigno. Seguiré mi camino, mostrándoos que soy hija de Marco Aurelio.
Tras este discurso se quitó sus joyas, se abrió las venas y murió.

Me resulta imposible no preguntarme por todo lo que podríamos haber aprendido de las mujeres de la antigüedad. Antes de que pudieran subirse al escenario, el mundo ya había dejado caer el telón para que el público se olvidara de ese capítulo.
¡Cuántas maravillas se han perdido! ¡Cuánta belleza hemos dejado atrás!
Ahora que nuestra voz suena un poco más alto, aprende, comparte, enseña, lee y, sobre todo, actúa por escribir una historia sin silencios.
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Un artículo muy interesante…y sí, me he quedado con ganas de saber más sobre las enseñanzas de las mujeres estoicas.
Ganbaru!!
Gracias por el interés, Félix, ojalá habernos quedado con más información sobre ellas.
Te mando un abrazo 🙂
Sin duda, tras leerlo, te quedan ganas de saber más de ellas.
Fantástico artículo!
Gracias .
Gracias a ti por leerlo. Me alegro mucho de que te haya gustado 🙂
Hace poco descubrí tu blog y quedé fascinado de que nos compartas acerca de esta gran filosofía. Seguiré tus artículos muy de cerca.
Muchas gracias, Daniel! Me alegra que te haya gustado el artículo, gracias por el apoyo al blog.
Un abrazo! 🙂
Justo el otro día reflexionaba sobre el papel de la mujer en el estoicismo y este artículo me ha venido de maravilla… GRACIAS!!! Ahora que nuestra voz no suena tan bajita, hagamos ruído, tenemos mucho que aportar 😍Las mujeres estoicas hemos venido a quedarnos 💪💛.
A lo largo de toda la historia de la humanidad hemos tenido grandes mujeres en todas las artes y disciplinas. Que no reclamen su lugar en el podio no las desmerece. Tiempo al tiempo: si logramos releer a una poeta de hace 5 mil años, rescataremos a las mujeres de hace mil.
Espectacular Sara…un blog apasionante …enamora leer lo que escribes ..te doy un 10 porque no te puedo dar un 11 ;)..
Deseando leer mucho más tuyo.
Gracias me has llegado al alma..