¿Te consideras un buen líder? ¿Te parece que una definición de líder podría ser: acompañar al otro para que saque lo mejor de sí mismo? ¿Crees que tú lo haces en tu día a día?
Estas tres preguntas permiten dos tipos de respuesta: una negativa y otra positiva.
Si tu respuesta en la primera pregunta ha sido afirmativa, podría seguir haciéndote preguntas hasta que tú mismo llegases a replantearte tu primera respuesta y admitieses que, quizás, no eres tan buen líder como creías.
A este tipo de preguntas se le llaman preguntas socráticas y forman parte del método socrático también conocido como mayéutica o reducción al absurdo, éste último tan utilizado en matemáticas y que podemos aplicar en ámbitos tan aparentemente alejados como la filosofía y el liderazgo.
SÓCRATES Y EL ORIGEN DE LA MAYÉUTICA
La mayéutica, en griego maieutiké, hace referencia al «arte de hacer nacer o dar a luz». Significa comadrona y es que, éste, era el oficio de la madre del que se considera padre de la filosofía occidental. Efectivamente, hablamos de Sócrates, conocido, entre otros méritos, por su célebre frase «sólo sé que no sé nada».
El filósofo vivió en el s. V a.C. (murió en el 399 a.C) y es, a partir de su pensamiento, que nacen escuelas filosóficas como el cinismo y, a partir de ésta, el estoicismo a manos del náufrago Zenon de Citio. Inspirado por una madre que ayudaba literalmente a dar a luz, y según los escritos que dejó el discípulo Platón, Sócrates denominó mayéutica, al método que utiliza el interlocutor de plantear preguntas hasta que su receptor encuentre la respuesta por él mismo.
Metafóricamente se trata de una forma de «dar a luz», de iluminar, al humano pensador.
Así, podríamos describir la mayéutica como el arte de escuchar y de hacer preguntas hábiles para inducir o ayudar al otro a descubrir su propia verdad.
Con este “arte” Sócrates se paseaba por Atenas debatiendo e incomodando con sus preguntas a los hombres sabios del mercado. Tal es así, que los jóvenes, fascinados por esa habilidad para cuestionarlo todo, empezaron a seguirle y a llamarle maestro.

A través de la mayéutica, Sócrates discutía y formaba a sus discípulos. Estudiemos como lo hacía con el cuento de los Tres Filtros.
SÓCRATES Y EL CUENTO DE LOS TRES FILTROS
Dicen que Sócrates descansaba bajo un árbol cuando uno de sus discípulos se le acercó agitado y le dijo:
– ¡Maestro! Quiero contarte cómo un amigo suyo estuvo hablando de usted con malevolencia…
Sócrates lo interrumpió diciendo:
– ¡Espera! ¿Ya hiciste pasar a través de los tres filtros lo que me vas a decir?
-¿Los tres filtros…?
-Sí – replicó Sócrates. El primer filtro es la VERDAD. – ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es verdadero en todos sus puntos?
-La verdad es que no -contestó el discípulo-, realmente solo escuché a alguien que le decía a otra persona que…
-Pero al menos lo habrás hecho pasar por el segundo filtro, que es la BONDAD: ¿Lo que me quieres decir es por lo menos bueno?
-No, en realidad no… al contrario…
-¡Ah! – interrumpió Sócrates.- Entonces vamos al último Filtro: la NECESIDAD. ¿Es necesario que me cuentes eso sobre mi amigo?
– Para ser sincero, no…. Necesario no es, sólo le creará perjuicios y dañará su fama.
– Entonces -sonrió el sabio- Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario…no merece ser escuchado.
Este cuento no sólo nos enseña de lo poco que sirven las críticas, sino que también nos ayuda a entender cómo podemos liderar una conversación para llevar al otro a encontrar sus propias respuestas.
Dentro de los estilos de liderazgo, hay personalidades que puedan ser más reservadas o introvertidas y su fortaleza sea precisamente la capacidad de escuchar. Si esa destreza de escuchar se complementa con la habilidad para hacer las preguntas adecuadas, el potencial de liderazgo incrementa enormemente.
Quizás en una sociedad tan conectada con la tecnología y no necesariamente con las personas, la habilidad de escuchar sea aún más valorada.

Tenemos dos orejas y una sola boca, justamente para escuchar más y hablar menos.
Zenón de Citio.
LA MAYÉUTICA DE SÓCRATES Y CÓMO INFLUENCIAR EN LAS PERSONAS
El estilo socrático en el que en una discusión uno lidera y el otro asiente o niega, me recuerda a una de las reglas de oro de Dale Carnegie que explica con ejemplos en su best-seller Cómo ganar amigos e influenciar sobre las personas.
El método socrático se podría parecer a lo que Carnegie denomina como método «sí, sí».
En su libro, el escritor estadounidense, aconseja que cuando hablemos con alguien, no empecemos discutiendo los puntos en los que tenemos divergencia. Por el contrario, debemos empezar acentuando las cosas en las que sí estemos de acuerdo y seguir reforzando, siempre que sea posible, que los dos tendemos al mismo fin (entenderse en primer lugar y llegar a un punto de acuerdo).
Si hacemos que la otra persona diga «sí, sí», es decir, conteste sí en una primera pregunta y un segundo sí en la siguiente, conseguiremos que su organismo esté en una actitud más abierta, de aceptación, de “movimiento hacia adelante” en palabras de Carnegie.
Evitando el «no» evitamos, también, que su sistema neuromuscular entre en un estado de rechazo y se ponga en guardia contra la aceptación de lo que queremos hacer ver o demostrar.
Pongamos un ejemplo que se podría dar en el s.XXI.
USO DE LA MAYÉUTICA DE SÓCRATES EJEMPLIFICADA
Pablo le cuenta a Sofía que se siente muy feliz porque han decidido contar con él para un proyecto muy interesante. Le dice también que es consciente de que al principio deba trabajar gratuitamente y, a su amiga, sabiendo lo competente que es Pablo, esto no lo parece bien.
-¿A sí? ¿Y vas a trabajar gratuitamente? -Pregunta Sofía.
-Sí…bueno…gratis al principio, supongo…Luego ya se vería…Es un proyecto interesante… -Contesta Pablo.
-¡Sin duda -exclama Sofía- seguro que es muy interesante! ¿Y no crees que tus conocimientos y profesionalidad tienen un valor?
-Eh…sí, claro…Sé que hago bien mi trabajo y que quizás otra persona no lo haría igual…o no gratis.
-¿Y no crees que tu jefa debe valorar tu trabajo? – Sigue preguntando Sofía.
-Sí, si, por eso me lo pidió a mi…- Pablo se empieza a sentir confundido e incómodo ante la la noticia que acababa de compartir con Sofía.
-¿No sería buena idea entonces hablar con tu jefa y acordar un sueldo? – Sigue instigando la amiga.
-Sí. Quizás debería hablar con ella…A la larga no me sentiría bien invirtiendo un tiempo que podría también dedicar a otra cosa…
En este ejemplo hemos visto cómo a través de la conversación con su amiga, Pablo ha empezado a plantearse hablar con su jefa para ser remunerado por su trabajo. Sofía, le ilumina para que él solo llegue a la conclusión a la que su amiga quería que llegase.

Vemos que no se trata de tener la razón o de ‘ganar la batalla’ imponiendo nuestro criterio, sino de guiar al otro con habilidad. Para ello, es fundamental ser consciente de todos los puntos positivos que nos unen y empezar la conversación desde el cariño y la humildad.
Cuando un corazón habla con otro corazón sin ego alguno es más fácil que el desenlace sea constructivo y sano.
Conseguir el «sí, sí» de la otra persona no es más que ‘allanar el terreno’ para llegar a un punto en el que ambos ganemos; es escuchar atentamente y preguntar, para comprender primero, y guiar al otro después.
Consiguiendo que la otra persona conteste «sí, sí» desde un principio tenemos más puntos de influenciarla y llegar al consenso deseado.
¿No crees que el método «sí, sí» y el método socrático o mayéutica se parecen?
LA MAYÉUTICA DESDE UN PUNTO DE VISTA CRÍTICO
Recapitulando: la mayéutica se usa para defender un punto de vista en contra de otra posición y el método consiste en hacer que el “oponente” se contradiga a sí mismo “sin que se de cuenta”, y que de alguna forma esté aprobando el otro punto de vista, llegando a la reducción del absurdo que mencionamos al principio.
Si bien la mayéutica sirve de ayuda para guiar a una persona a encontrar sus propias respuestas, también es cierto que, según las intenciones del interlocutor, puede ser usada para dirigir interesadamente hacia un terreno u otro al receptor, pervirtiendo así la esencia del método socrático.
A veces asociar una forma de actuar a una conclusión absurda se puede hacer de manera interesada y, según la forma en la que se induce a la otra persona a estar de acuerdo con lo que uno piensa puede molestar e incomodar como a los hombres sabios de Atenas hace 2400 años.
Políticos, líderes de opinión u otras personas en nuestro día a día con capacidad de persuasión pueden, inconscientemente quizás -o no, usar este método para conducirnos a razonamientos erróneos que nos lleven a la confusión o al engaño. Hay personas que utilizan este estilo socrático para llevarse a los demás a su terreno, por lo que ¡cuidado! y analicemos bien esas asociaciones a las que nos pueden llevar hábilmente para estar seguros de que no nos quieren vender la moto.
Cabe decir que Sócrates fue denunciado por un poeta molesto llamado Meleto por no adorar a los dioses y corromper a la juventud y que, el filósofo, pudiéndose haber salvado de la pena de muerte, no quiso y se bebió la cicuta que lo mató.

Pero los que me frecuentan, al principio, parecen ignorantes, pero después, como asistidos por el Dios, obtienen un provecho admirablemente grande, tal como les parece a ellos mismos y a los demás. Y, sin embargo, es evidente que nada han aprendido nunca de mí, sino que ellos han encontrado por sí mismos, muchas y bellas cosas que ya poseían
Sócrates.
¿Crees que la mayéutica es una herramienta útil para que los líderes puedan ayudar a las personas a descubrir sus propias respuestas?
¿Crees que con este artículo has aprendido algo?
¿Serías, entonces, tan amable de decirnos qué te ha parecido?
Muchísimas gracias por leer, querido lector.
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El conocimiento es muy poderoso
Cuando se pone en Acción el más listo ✅ es dominante, claro veámoslo como un líder positivo
No conocía el concepto de “mayéutica”, y al leerlo me ha venido a la cabeza directamente el “coaching” de hoy en día, así que me ha parecido muy interesante la historia y su origen. Gracias 🙂
Me ha encantado el artículo Patricia. Me parece brutal tu manera de cada apartado con el tema central: la mayéutica y el valor de las preguntas. Hasta las preguntas para comentar son brutales. Gracias por escribir este pedazo artículo.
Realmente la mayeutica está hoy en día muy extendida en corrientes de psicología clínica y se aplica en muchas terapias. No sabía que Sócrates fue el precursor y que dichas estrategias tenían tantos siglos de antigüedad. El “software” base del ser humano sigue siendo el mismo por mucho qur avance la tecnología 🙂
Es de gran interés el tema del artículo sobre la mayeutica. La conclusión o enseñanza que me queda es que a través de la técnica propuesta por Sócrates hace tantos años, hoy sigue vigente en la interacción con el otro y para la construcción de conocimientos debido a que es un camino de doble dirección que permite que ambos se cuestionen y encuentren respuestas.
Impresionante conocimiento para ayudarte y ayudar a las personas a reflexionar y lograr a qué tomen mejores decisiones.
Gran escrito Patricia, y gran tema el que planteas. Felicidades y gracias por compartirlo!!! Muy útil para todos 🙏