En un mundo donde muchas personas no saben diferenciar alegría de felicidad, placer de amor es difícil explicar algunos conceptos, entre ellos, que hay un tipo de persona para los que el dinero no es un fin, ni corrompe su moral por ninguna cantidad, y no por ello tiene ninguna connotación negativa.
¿Cómo reaccionan los estoicos ante el dinero o los lujos? ¿Qué son los indiferentes preferidos en la filosofía estoica y cómo diferenciarlos de la apatía? Los estoicos antiguos y modernos nos cuentan su visión en este artículo.
Zenón de Citio, fundador del estoicismo podría haber sido cínico ya que esta filosofía comparte muchas de las ideas estoicas, pero Zenón no quiso adoctrinarse en el cinismo de Crates y Diógenes porque posiblemente no respetaba ese afán de no-superación, al margen de la Virtud.
El entendía el poder que generaba vivir conforme a la Virtud y el correcto asentimiento ante la vida; pero algo que le alejaba era que no entendía ese desprecio de los cínicos ante el desempeño de otras funciones propias de los seres humanos, como la curiosidad, el descubrimiento, la investigación, la observación de los fenómenos naturales, llegando incluso la política.
Todos tenemos claro que en ninguna de estas disciplinas se encuentra la felicidad; pero el rechazo a las mismas, puede simbolizar un rasgo de cobardía ante el intelecto y progreso humano, rasgo que va en contra de la virtud del coraje.
Que la emoción de ganar pueda tu miedo a perder.
LAS MALAS INTERPRETACIONES A LOS INDIFERENTES PREFERIDOS
De todas las palabras referentes a la filosofía estoica, “indiferente” es una de las más controvertidas.
Marco Aurelio, Séneca y Epicteto nos dicen que el estoico es indiferente a las cosas externas, indiferente a la riqueza, indiferente al dolor, indiferente a ganar, indiferente a la esperanza y los sueños y todo lo demás. Escucharlo sin contexto puede sonar como si a estas personas no les importara nada. Pero esta es una lectura errónea peligrosa.

Los estoicos no eran indiferentes en ese sentido. No es que no les importara, es que sabían ser felices de cualquier manera.
¿Tiene esto sentido? El punto era ser lo suficientemente fuerte como para que no haya necesidad de que las cosas vayan en una dirección particular, uno de los puntos que más dificulta el entendimiento a aquellos que se están iniciando en esta filosofía. Séneca, por su parte, diría que es mejor ser rico que pobre, alto que bajo, pero el estoico era indiferente cuando el destino realmente interviene en el asunto. Porque el estoico era lo suficientemente fuerte como para compensarlo, fuera lo que fuera.
[…] que te dé la fortuna más dinero que cualquier otro poseyó jamás; […] todo esto solamente te enseñará a desear más. Los deseos de la naturaleza son limitados; los que nacen de falsa opinión no saben dónde detenerse, porque el error no tiene término cierto. El que sigue el buen camino llega a su término; el que se extravía no lo alcanza jamás. Apártate, pues, de toda vanidad, y cuando quieras saber si lo que deseas es según la naturaleza, contempla si puede detenerse en algún punto. Si habiendo avanzado mucho quiere todavía avanzar más, no será natural.
Séneca, Epístolas Morales a Lucilio, Libro II.16.8-9
DISTINGUE LA APATÍA DE LA INDIFERENCIA
No se trata de apatía o incluso de falta de expectativas. Un ser humano debe ser capaz de ir más allá de la realidad que otros han preparado para él y ampliar su visión de las cosas evitando caer en los sesgos cognitivos que no dejan de ser automatismos desarrollados para tomar decisiones.
El indiferente puede verse como la fuerza silenciosa de no necesitar una preferencia, porque eres más fuerte y dejas tu EGO de lado.
Hablamos de ejemplos como el dinero, el poder, la fortuna, la fama, incluso la vida misma. Cualquier cosa técnicamente, fuera de la virtud, podría ser un PREFERIDO INDIFERENTE; todo según la siguiente gráfica que también he utilizado anteriormente.
La filosofía estoica, en esencia, se basa en la dicotomía de control y la idea de buscar una vida virtuosa. Si bien podemos identificar que está y que no está bajo nuestro control, es solo el primer paso en nuestro viaje para vivir virtuosamente.
Adórnate con sencillez y con indiferencia hacia las cosas que se encuentran entre la virtud y el vicio.
Marco Aurelio. Meditaciones VII.31
DESARROLLAR JUICIOS DE VALOR
El segundo paso, después de separar lo que está y no está bajo nuestro control, es la aplicación de juicios de valor que colocamos en las cosas externas que encontramos.
Los estoicos separaron los juicios de valor en tres categorías: bueno, malo e indiferente.
- BUENO: Situaciones o cosas que benefician a uno mismo
- MALO: Situaciones o cosas que no benefician a uno mismo.
- INDIFERENTE: Pueden ser buenos o malos pero depende de más elementos.
INDIFERENTES PREFERIDOS EN LA PRÁCTICA
Si bien las cosas externas no están bajo nuestro control, aún debemos cumplirlas en el día a día. Cada día que nos levantamos, recibimos un estímulo externo y luego agregamos un juicio de valor, bueno, malo o indiferente, a esos estímulos. Diferenciar estos tres, bueno, malo e indiferente, es un delicado equilibrio que nosotros, como humanos, debemos enfrentar todos los días de nuestras vidas.
Es lo que hacemos con nuestros juicios de valor que vivimos en virtud o en vicio. Donald Robertson, autor de Piensa como un emperador romano, nos explica que las cosas externas no son necesariamente buenas o malas, sino cómo las usamos.
Para los estoicos, las cosas externas no son buenas o malas en el sentido más práctico. Para entenderlo, lo que no depende de nosotros no mejora o empeora nuestras almas, ni afectan nuestra satisfacción en la vida. Lo que importa en última instancia es el uso que hacemos de ellos, buenos o malos, virtuosos o viciosos.
Donald Robertson.
Piensa en este pasaje de Marco Aurelio en el libro siete de Meditaciones:
Adórnate con sencillez y con indiferencia hacia las cosas que se encuentran entre la virtud y el vicio.
Marco Aurelio. Meditaciones VII.31
Lo que Marco Aurelio está ejerciendo dentro de sí mismo es el delicado equilibrio de la dicotomía de control. Sabe que las acciones bajo su control pueden ser buenas o malas, entre la virtud y el vicio.

Distingue, entre nuestra impresión, y luego está el juicio que aplicamos. Sin las facultades adecuadas, los juicios que apliquemos conducirán a acciones indeseables. Sin fundamentar adecuadamente nuestros juicios, nos abrimos a dejarnos llevar por nuestras emociones.
ERRORES COMUNES EN LOS JUICIOS
Como individuos, nos encontramos con estímulos externos todos los días. Recibimos la impresión de la situación, le aplicamos un juicio basado en nuestra sabiduría moral y luego decidimos si el estímulo es verdadero o falso, bueno o malo, virtud o vicio.
Si no podemos determinar esto, suspendemos el juicio y lo clasificamos como INDIFERENTE.
La indiferencia, sin embargo, no significa falta de interés o sin importancia, más bien, es ECUANIMIDAD; llegamos a la decisión de que no podemos decidir si este estímulo es bueno o malo y, por lo tanto, debemos suspender nuestro juicio al respecto.
INDIFERENTES PREFERIDOS Y FAMILIA
Nuestra pareja o nuestros hijos son PREFERIDOS INDIFERENTES. Debemos ser atentos con ellos, pero no quita, que en caso de que fallecieran; causarnos un dolor inconmensurable pudiera esta situación que nos impidiera ejecutar la virtud; por ejemplo guardando un luto excesivo, y en consecuencia no yendo a ejecutar nuestros quehaceres virtuosamente morales.
Recordatorio de impermanencia; debemos estar agradecidos mientras lo «preferido» está con nosotros; pero en su ausencia, al ser moralmente indiferente, no debe afectarnos para seguir ejecutando la virtud.
INDIFERENTES PREFERIDOS Y DINERO
Zenón de Citio y Séneca, ambos provienen de una situación de riqueza: Zenón era un mercante fenicio con ciertas riquezas (hay algunos incluso que piensan que fue muy acaudalado), y Séneca, fue uno de los más ricos del momento en la antigua Roma.
Merece la pena recordar, que precisamente, Crates el Cínico, antes que estoico, muchísimo más radical que estos Zenón y Séneca, hizo un esfuerzo casi sobrehumano, y voluntariamente, despojándose de la noche a la mañana de todas sus pertenencias que no fueron pocas, y no fue el único ya que su esposa Hiparquia, la primera filósofa de la historia tenía una fortuna tan grande como la suya, con una maravillosa historia que merece la pena leer:
“Una mujer llamada Hiparquía se enamoró profundamente de Crates, de su manera de ser y de sus enseñanzas.
Sólo tenía ojos para él y no prestaba atención a ningún otro pretendiente, no importaba lo ricos y hermosos que fueran. Tan fuerte era lo que sentía que amenazó a sus padres con suicidarse si no la entregaban a él. Los padres le pidieron a Crates que tratara de disuadirla y hacerle cambiar de opinión. Suponemos que un cínico no era el mejor partido para un padre tradicional.
Cuando Crates accedió a convencerla y fue a hablar con ella, se encontró con alguien especialmente testarudo, y al ver que nada iba a hacerle cambiar de opinión, se puso de pie y, quitándose toda la ropa, le dijo: «Éste es el novio, éste es su patrimonio, reflexiona acerca de esta situación. Porque no serás mi compañera si no adoptas estos mismos hábitos».
La mujer aceptó y fue su pareja durante el resto de su vida. Ella asumió el cinismo y fue una de las primeras, o la primera, mujer filósofa que los historiadores mencionaron. Juntos llevaron una vida de acuerdo con sus ideas.”

Volvamos a la paradoja sobre la filosofía y la riqueza.
Una manera de pensar sobre la riqueza de Séneca como lo discutió el autor Nassim Taleb es la siguiente:
Séneca solo quería la ventaja de la riqueza, pero siempre estaba lista para usarla y no dependía de ella.
Era un maestro de eso, no su esclavo. Todo lo bueno, nada de lo malo.

Porque el hombre sabio no se considera indigno de ningún regalo de las manos de la fortuna: no ama la riqueza, pero preferiría tenerla; él no admite en su corazón sino en su hogar; y qué riqueza es suya, no la rechaza sino que la guarda, deseando que le brinde un mayor alcance para que practique su virtud.
Séneca.
Al resumir su actitud de ser un maestro y no un esclavo de la buena fortuna: “Porque el hombre sabio considera la riqueza como un esclavo, el tonto como un maestro”. Puedes leer más de gestión del dinero como un estoico en el siguiente artículo de nuestra web.
EL ESTOICISMO Y LA INGENIERÍA GENÉTICA
Hoy en día la ciencia, la medicina y otras ramas de la salud están trabajando intensamente en alargar la vida del hombre en algunos casos incluso se habla de buscar la inmortalidad
¿Qué diría el pensamiento estoico sobre la ingeniería genética de los humanos? ¿Quizás por una mejor salud? ¿Más fuerza? O simplemente una estética mejor.
La ética aristotélica diría que usted requiere estas cosas para la eudamonia, pero los estoicos las consideran todas indiferentes preferidas. Como no es necesario para la eudamonia, pero es bueno tenerlo. ¿Sería esto suficiente para que los estoicos apoyen grandes proyectos para manipular el genoma humano?

Obviamente, hay grandes cuestiones éticas cuando se trata de ingeniería genética. Todavía discutimos si es correcto manipular genéticamente las plantas, y mucho menos los animales. ¿Nos daría el estoicismo una respuesta a este problema del siglo XXI?
PREGUNTAS SIN RESPUESTA
Aquí es donde entra tu visión en un tema tan controvertido, ya que es mucho más sencillo de entender la dicotomía del control y los indiferentes preferidos en cosas como la vida y la muerte, o la gestión de los bienes y la fortuna, pero, ¿qué opinarían Marco Aurelio, Séneca o Epicteto de alargar la vida de los seres humanos?
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Bueno, en mi opinión el alargar la vida de los seres humanos a base de manipular el genoma no solo no es ético sino que acabará llevándonos al desastre. Ya se ha conseguido revertir el tiempo en ratones. Quiero decir que se ha conseguido rejuvenecer el cuerpo de algunos animales, aunque lógicamente no sabemos que pasa en su mente ( o si lo saben no lo dicen). De todas forams lo que está claro es que con la excusa del avance de la ciencia, de la mejora en la salud, etc dentro de poco podremos, por ejemplo, seleccionar los genes para ser todos “perfectos”. el proble está en que dudo que estas tecnologías estén disponibles para toda la población. Como siempre una civilización, la dominante, usará esta tecnología para oprimir a los demás. Es un tema complicado y no podemos hablarlo aquí, claro, pero bueno. Desde mi punto de vista ( no estoico) deberíamos dejar el genoma tal y como está. Ya estamos viendo que pasa cuando con la excusa de “mejorar” , por ejemplo enfermedades como el Sindrome de Down se autoriza la investigación y modificación del genoma… simplemente se traspasa la barrera y se empieza a pensar en eugenesia, en prolongar la vida ( de algunos), etc…
Saludos!
Creo que no estarían a favor en el sentido de buscar la inmortalidad porque esto nos hace esclavos de la fe en la inmortalidad y de lograrse a la larga perderíamos la virtud y actuaríamos como dioses caprichosos. El memento mori nos recuerda que somos humanos y falibles. De volvernos inmortales el estoicismo no tendría razón de ser porque tenemos todo permitido y calculo yo podríamos ser virtuosos 200 años y luego volvernos unos déspotas hastiados de vivir, esclavos de la vida eterna y de nuestros caprichos divinos. Por otro lado las modificaciones genéticas sino están acorde a la naturaleza yo creo que también las rechazarían. Me considero aprendiz de estoico (uno para nada virtuoso), pero creo que el estoicismo no tendría razón de ser en un mundo transhumanista.
Me gusto mucho el el articulo
Estoy investigando para el tfg y no tengo tiempo de leerlo entero. Aún a riesgo de meter la pata diré que me sorprende que el artículo trate de los indiferentes preferidos y no se definan ni una sola vez. Creo que confundes un indiferente de un indiferente preferido. Si llueve es indiferente, que et guste más o menos pues allá tú, pero en sí mismo no es ni bueno ni malo. En cambio tener dinero, el suficiente para poder asegurar la propia supervivencia es un indiferente preferido puesto que, por mucho que el dinero sea indiferente, es natural que un humano agradezca o desee las condiciones que garanticen su supervivencia. Seguimos sin tener que buscarlo activamente pero es imposible no pensar que, evidentemente, entre el indiferente de la salud y el indiferente de la enfermedad, el indiferente de la salud es naturalmente preferido.
Todo esto lo saco de Zenón, Sócrates, Séneca y, más actualmente, John Sellars… Por si querías revisar, saludos!
Me pueden dar un ejemplo de un indiferente dispreferido
Gracias