Para los budistas era el camino del medio, Aristóteles en su Ética a Nicómaco desarrollaba la virtud de la templanza como un bien clave para una buena vida, los estoicos lo llamaban moderación, practicar la moderación es, probablemente, una de las cosas más difíciles en un mundo que nos empuja a los extremos y nos anima a anestesiar los sentidos con una corriente incesante de estímulos. Sin embargo, para filósofos como Aristóteles, o Buda, la virtud de la moderación era una piedra angular para vivir de manera equilibrada y feliz. 

EL ARTE DE LA MODERACIÓN